martes, 7 de enero de 2014

Noticias ADEGOPA: Chabuca Granda compone 'La Flor de la Canela'

El 07 de Enero de 1950, Chabuca Granda compuso ''La Flor de la Canela'', un vals peruano que se convirtió en una de las más representativas en la historia de la música criolla.

Esta canción que más de una vez lo dijo, fue la composición que la lanzó a la popularidad. Siempre se catalogó como popular, mas no como importante. La importante en este vals es doña Victoria Angulo, distinguida señora de raza negra, quien fue la inspiración principal para dicha canción.

La Flor de la Canela fue lanzada a la fama en 1951 por el trío Los Chamas y ha sido interpretada por artistas importantes como Yma Sumac, Lucha Reyes, Eva Ayllón, Plácido Domingo, Raúl di Blasio, Caetano Veloso y Juan Diego Flórez.

Obra musical:

Déjame que te cuente limeño,
déjame que te diga la gloria,
del ensueño que evoca la memoria
del viejo puente, del río y la alameda.

Déjame que te cuente limeño,
ahora que aún perfuma el recuerdo,
ahora que aún se mece en un sueño
el viejo puente, el río y la alameda.


Coro

Jazmines en el pelo y rosas en la cara,
airosa caminaba la flor de la canela,
derramaba lisura y a su paso dejaba
aromas de mixtura que en el pecho llevaba.

Del puente a la alameda, menudo pie la lleva
por la vereda que se estremece
al ritmo de su cadera,
recogía la risa de la brisa del río
y al viento la lanzaba
del puente a la alameda.

Déjame que te cuente limeño,
¡Ay!, deja que te diga moreno mi pensamiento,
a ver si así despiertas del sueño,
del sueño que entretiene, moreno,
tu sentimiento.

Aspira de la lisura que da la flor de canela,
adornala con jazmines matizando su hermosura,
alfombra de nuevo el puente,
y engalana la alameda,
que el río acompasara su paso por la vereda.

Y recuerda que...

Jazmines en el pelo y rosas en la cara,
airosa caminaba la flor de la canela,
derramaba lisura y a su paso dejaba
aromas de mixtura que en el pecho llevaba.

Del puente a la alameda, menudo pie la lleva
por la vereda que se estremece
al ritmo de su cadera,
recogía la risa de la brisa del río
y al viento la lanzaba
del puente a la alameda.